Del 24 al 27 de octubre de 2024, la casa de retiros de las Hijas del Fiat en Guarne, Antioquia, Colombia, fue el espacio sagrado donde se llevó a cabo el Noveno Encuentro Internacional de la Misión por el Amor de Dios en Todo el Mundo. Este evento, que congrega a personas comprometidas con la expansión del amor de Dios y el fortalecimiento de la fe católica, contó con la participación de 59 asistentes provenientes de diversas naciones: Estados Unidos, México, Panamá, Perú, Alemania y Colombia.
Este encuentro se destacó por su profundo espíritu de oración, comunión y reflexión en la fe. Fue un tiempo en el que los participantes pudieron compartir sus experiencias y renovar su compromiso con la misión de difundir el amor de Dios en todos los rincones del mundo. La hospitalidad y la entrega de las hermanas de las Hijas del Fiat fueron fundamentales para que cada uno de los asistentes se sintiera acogido y plenamente integrado en esta experiencia espiritual.
Uno de los puntos más relevantes del encuentro fue el apoyo invaluable de Monseñor Flavio Calle, el Padre Omar Aristizábal y las Hermanas de las Hijas del Fiat, quienes, a través de su guía espiritual y apoyo logístico, hicieron posible la realización de este evento. Monseñor Calle y el Padre Omar Aristizábal compartieron mensajes de esperanza y fe que resonaron profundamente en los corazones de los presentes, motivándolos a continuar su misión con un renovado fervor.
Durante estos días de encuentro, los participantes tuvieron la oportunidad de participar en diversas actividades espirituales, tales como momentos de adoración al Santísimo, meditaciones guiadas, conferencias y dinámicas grupales enfocadas en la misión de difundir el amor de Dios. Cada jornada fue una oportunidad para que los asistentes renovaran su fe y fortalecieran su vocación misionera, comprometidos en llevar a cabo la voluntad de Dios en sus respectivos países y comunidades.
El Noveno Encuentro Internacional de la Misión por el Amor de Dios en Todo el Mundo fue, sin duda, un tiempo de gracia y bendición. La participación de personas de distintas culturas y nacionalidades permitió un verdadero espíritu de unidad en la diversidad, reflejando la universalidad de la Iglesia y el llamado a todos los creyentes a ser portadores del amor divino. La Misión por el Amor de Dios en Todo el Mundo continúa creciendo y fortaleciendo su presencia, sembrando en cada corazón el deseo de vivir según el mandato de amor que Cristo nos dejó.
Agradecemos profundamente a todos los que hicieron posible este evento y confiamos en que el Espíritu Santo continúe guiando cada paso de esta misión. Que el amor de Dios, fuente de toda paz y esperanza, inspire a cada uno de los presentes a ser testigos vivos de la fe en sus lugares de origen.
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